lunes, 30 de septiembre de 2013

EVOLUCIÓN DE MI EQUIPO DE VAPEO: BATERÍAS

Empiezo por las baterías porque es la herramienta principal, aunque no fue lo primero que cambié o en lo que introduje novedades con respecto al pedido inicial. Por ejemplo, en una semana me metí de lleno en la Alquimia, a la segunda semana me llegaron mis primeros reparables, que fueron un auténtico fracaso, hasta el punto de cargarme una de las baterías ego en la primera prueba.
¡Alarma! Sólo me quedaba una batería. Así es que tuve que comprar una nueva batería. Como ya sabía que esto me funcionaba, quise dar el salto a algo más que una batería Ego.
Empecé a leer sobre voltaje variable y en vez de comprar otra batería Ego (en la foto, la primera por la izquierda) me decidí por un mod a mitad de camino, una batería Ego T Upgrade (segunda), con dos potencias de salida, 3,3 (como cualquier batería Ego) y 4,7, potencia que va bajando conforme se va acabando la batería. La diferencia entre las dos está en que la batería Ego lleva la pila dentro y no se puede sacar, se carga con ella dentro, mientras que la otra es un módulo electrónico y un tubo en el que introduces una batería más gorda que puedes ir cambiando. La puedes cargar con el mismo cable que las Ego o sacar la batería y cargarla en un cargador. Además la diferencia de potencia ya mencionada.
En realidad esta venía a ser la sustituta de la ego estropeada, pero ya había decidido dar el salto al voltaje variable (en adelante VV). Para ello estuve leyendo y releyendo cuales eran las mejores opciones. Había cantidad de posibilidades y los precios oscilaban entre los 50€ y los 200€ (lo que vale un provari). Al final me decante por el Evic (el tercero por la izquierda), mod muy moderno, con muchas pijaditas y conexión al PC. Salió por unos 85€ con baterías y cargador a través de cable. Como veis opté por una cosa intermedia. En realidad no tan intermedia. Los mods de 50€ normalmente venían solo con el tubo. Las baterías y el cargador iban a parte, con lo cual salían un poquito más baratos que el Evic. Por la modernidad y porque me gustaba el modelo y que venía completo y listo para vapear me decanté por él. Aún lo uso pero tengo pensamientos contradictorios con él. Le tengo un cariño especial por ser mi primer mod de VV, funciona bastante bien en cuanto a electrónica, pero tiene un fallo importante, por lo que no se lo recomiendo a nadie. Ya veis, a mí me encanta, pero no se lo recomiendo a nadie. La explicación es muy sencilla. La rosca donde conectas los atomizadores es muy débil y al conectar cualquier reparable de acero inoxidable acabas desgastando la rosca con lo que acabas por no conectar ningún atomizador. Ahora he solucionado el tema de manera un poco ñapas, pero al menos puedo seguir disfrutando del Evic. Ya hablaré de él cuando analice en futuras entradas los diferentes cacharros que tengo y he probado. Me explayaré con la compañía que lo fabrica.

En fin, esta fue mi entrada en el mundo de los Mods de VV. El 4º aparato es el Vamo V3, que llegó mucho más tarde, mes y medio después del Evic, dos meses después de empezar a vapear. La razón, la puñetera rosca del Evic. Cada día iba apareciendo un ato que no podía enroscar. Una vez más me entraba la paranoia. La primera vez fue por los líquidos (¿y si eran pocos?), la segunda la batería rota (¿y si se rompe la otra?) y ahora el Evic (¿y si ya no puedo conectarle ningún ato y no puedo vapear?). A estas alturas, tengo que decir, que la segunda batería Ego murió, esta vez sin saber por qué. Estaba vapeando tan tranquilo y en la siguiente calada ya no funcionó. Me quedaba pues con la Ego T Upgrade y con el Evic, al que ya no le podía conectar la mitad de mis atos. Me entró el miedo y decidí adquirir otro VV. Básicamente porque al empezar con los reparables y hacerme yo las resistencias necesitaba un VV que midiera los ohmios de las resistencias (por eso mismo me cargué la primera Ego). Aunque tenía la Upgrade, esta no medía resistencias. Ya le había echado el ojo al Vamo y preguntando por aquí y por allá, viendo modelos y precios me decidi por el Vamo V3 (el 4º en la foto, el de la derecha del todo). Como ya tenía baterías solo tenía que comprar el tubo y aunque podía cargar las baterías con el Evic decidí comprar un cargador de baterías múltiples 18650, 18500, 18350. Salió por 60€.


Pero no acababa aquí la cosa, pues desgraciadamente, el Vamo sufrió el mismo problema que el Evic y en dos meses me había quedado también sin rosca. Grrrrrrrrrrrrr. En mayo había descubierto una página china con muy buenos precios (en qué mala hora, jejeje) y localicé el Itaste SVD, un mod de VV telescópico y me hice con él, por unos 37€, por el tema de las roscas y por el uso corto o largo que podía hacer de él. Por último, (por el momento) me empeñé en un Mod mecánico. La verdad es que no se muy bien por qué. Es también telescópico, pero al no llevar módulo electrónico queda más pequeño. No me acaba de gustar. Estaba muy bien de precio, solo 17€ y por probar un mecánico me lancé.

El Itaste SVD a la izquierda en modo largo y el clon del Magneto a la derecha en modo corto.


Es decir que después de 7 meses me he juntado con 5 mods para vapear. Si hacemos cuentas de lo gastado en ellos: 20, 85, 48, 37 y 17: 207€ de los cuales el Evic y el Vamo los uso con una ñapa, el SVD el botón de calada ha perdido el click. Funciona bien pero no notas el click de la calada y el mecánico no me acaba de convencer. Por ese precio...


EL PROVARI... El Ferrari del vapeo. De haberlo sabido entonces no lo hubiese dudado. Es una inversión cara, pero ya sabemos que al final, lo barato sale caro y yo todavía no he visto a nadie en 7 meses quejarse de un provari. Como dije en las recomendaciones iniciales, una vez sepas que esto funciona y quieras dar el salto al VV, tira por la calle del medio y no des rodeos. Yo ya he pedido el mío para reyes...

Hasta aquí mi evolución con las baterías. Más adelante crearé entradas donde analizaré cada una de ellas por separado dando mi opinión sobre cada uno de los cacharros.

Un saludo y hasta otra.

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